Nuestra sociedad cada vez es más consciente del sufrimiento de algunos niños y adolescentes, ya sea por trastornos neuropsicológicos, por ejemplo, el TDAH, o por Depresiones y Ansiedades que suceden en el entorno familiar.
Otros síntomas en los niños y adolescentes pueden surgir como consecuencia de un posible acoso escolar, riesgos del uso inadecuado de las nuevas tecnologías, como los dispositivos electrónicos, o situaciones de riesgos a través de las mismas, como el sex dating etc.
También encontramos traumas que pueden surgir en la infancia; como el abuso sexual, la perdida de un familiar; la violación en la adolescencia, etc.
La pubertad-adolescencia es una etapa de crisis, de cambios corporales, psicológicos, sociales, es una etapa de transición entre la niñez y la etapa adulta donde hay que adquirir nuevos roles y una nueva identidad.
Durante la adolescencia suelen ser comunes los cuadros depresivos, dudas respecto a su orientación sexual, conflicto con las figuras parentales, y enorme son los riesgos respecto al abuso de sustancias, la ludopatía, las enfermedades de transmisión sexual o embarazos no deseados.
La terapia infanto-juvenil es el marco adecuado para solucionar estos conflictos.
Se trabaja a veces solamente con el niño o adolescente y en otras ocasiones, se incluye a los padres o al resto de la familia, además de consejos, recomendaciones y apoyo escolar.
Con los niños más pequeños es frecuente utilizar la terapia de juego para ayudarles a expresar sus sentimientos y encontrar soluciones prácticas a través de los mismos.